Maduro carga contra «apátridas y fascistas» y siguen marchas de los dos bandos

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Dirigentes de la oposición venezolana y representantes estudiantiles encabezaron este sábado una multitudinaria manifestación opositora en Caracas.
Dirigentes de la oposición venezolana y representantes estudiantiles encabezaron este sábado una multitudinaria manifestación opositora en Caracas.

CARACAS.- El presidente Nicolás Maduro prometió el sábado defender a Venezuela de los «apátridas y fascistas», al culminar las marchas de partidarios y opositores que midieron fuerzas en las calles de Caracas y otras ciudades en medio de un clima de tensión.

Mientras se desarrollaban las protestas, en las que no hubo incidentes, el alcalde del municipio San Diego Enzo Scarano informó a The Associated Press que la estudiante Geraldine Moreno, de 23 años, había muerto de una lesión cerebral tras recibir un disparo de bala de goma en un ojo por parte de agentes de la Guardia Nacional.

La joven llevaba internada tres días en un hospital de la ciudad de Valencia, a unos 150 kilómetros al oeste de Caracas.

Hasta ahora las manifestaciones callejeras que ya llevan dos semanas han dejado 10 muertos y unos 137 heridos.

Venezuela «es chavista… cueste lo que cueste la vamos a defender, apátridas y fascistas», dijo Maduro ante el palacio de gobierno al culminar la marcha convocada por el gobierno. Advirtió que con la ayuda de efectivos militares seguirá enfrentando a los «extremistas de derecha».

«La contrarrevolución ha decidido derrocar por la vía violenta esta revolución constitucional, pacífica y democrática, y lo que han hecho es levantar la energía del pueblo, sus convicciones, sus fuerzas de paz que es lo que somos nosotros», destacó Maduro.

«La oposición dice que si yo saco a la Guardia Nacional a la calle a proteger el pueblo, soy un dictador… pues este presidente que está aquí, electo por el pueblo… va a seguir protegiendo al pueblo con la Guardia Nacional Bolivariana, con la Policía Nacional», dijo Maduro sin mencionar las denuncias de la estudiante fallecida y numerosos heridos supuestamente por excesos de la Guardia Nacional.

«¿Dejo que llenen de violencia todas las calles? No lo he permitido y no lo voy a permitir», aseveró.

El gobernante estaba acompañado por su esposa Cilia Flores, ex procuradora general, quien tomó la palabra en medio del discurso de Maduro y exclamó «Venezuela no es Ucrania», en alusión a la crisis de esa ex república soviética en la que tras violentas protestas dirigentes opositores firmaron un acuerdo con el presidente Viktor Yanukovych que incluye elecciones anticipadas y una nueva constitución.

Maduro aseguró que «contra Venezuela no sólo hay un golpe en marcha, además una campaña mundial» y criticó las reacciones de artistas desde la estadounidense Madonna  hasta el cantautor panameño Rubén Blades.

El gobierno y la oposición habían convocado para el sábado a marchar en la capital y otras ciudades. La oposición llamó a sus seguidores a exigir el cese de la violencia y la liberación del dirigente opositor Leopoldo López, detenido en una cárcel militar desde el 18 de febrero, así como de otros manifestantes apresados en protestas callejeras.

El gobierno, por su parte, convocó a una marcha para manifestar a favor de la paz.

Decenas de miles de opositores marcharon por una de las principales avenidas del este de Caracas portando banderas venezolanas, sonando cornetas y pitos y entre pancartas en las que se leía «Libertad, no más represión » y «Maduro desarma tus asesinos».

«Los venezolanos necesitamos unirnos, necesitamos que se estructure un movimiento que sea capaz de convocar a los que respaldan el gobierno, ésa tiene que ser la fuerza para construir la Venezuela que queremos todos», dijo Henrique Capriles, dos veces candidato a la presidencia por parte de una coalición opositora.

El también gobernador del estado central de Miranda advirtió que «mientras haya problemas y el gobierno no escuche y el gobierno no plantee salidas a lo que se está diciendo en la calle, la gente seguirá en la calle».

La marcha opositora recorrió calles y avenidas que amanecieron repletas de basura y escombros que habían dejado algunos manifestantes que salieron durante la noche del viernes a protestar contra el gobierno.

«Estamos en la calle para protestar contra este comunismo que se quiere implantar en Venezuela. Estamos cansados de la inseguridad, la escasez», afirmó a la AP Wilfredo Rodríguez, de 40 años, propietario de un comercio. Agregó que seguirá reclamando hasta que el gobierno reaccione y se detenga el «colapso del país».

«Queremos un cambio del país, seguridad, abastecimiento y que la economía mejore», dijo Zenaida de Maldonado, un ama de casa de 60 años.

«Los venezolanos decidimos salir a la calles porque nos cansamos de las promesas y de esperar», comentó la manifestante.

Universitarios y opositores han protagonizado en los últimos días protestas callejeras contra la inflación -que en 2013 superó el 50% anual-, el desabastecimiento de bienes básicos y la criminalidad creciente.

Maduro ha rechazado las protestas alegando que forman parte de un plan de la oposición para promover un golpe de Estado, alentada por Estados Unidos y la derecha colombiana. Esta es la primera crisis que enfrenta el mandatario, de 51 años, que asumió el gobierno en abril de 2013 luego de elecciones convocadas tras la muerte del expresidente Hugo Chávez.

En el otro extremo de Caracas, varios miles de oficialistas y empleados públicos marcharon hacia los alrededores del palacio de gobierno. Algunos portaban flores y carteles que decían «Mujeres por La Paz», mientras gritaban vivas al gobierno.

«Los venezolanos patriotas estamos decididos a luchar por la paz y por el legado del comandante (Chávez) y Maduro que está haciendo una labor increíble», dijo Mariana Pineda, una ingeniera en telecomunicaciones de 30 años que trabaja en la telefónica estatal CANTV y que marchó acompañada de su esposo y su hija de año y medio.

Pineda rechazó las protestas de los últimos días y dijo que «es una clara imagen de que el imperialismo sigue atacando y la derecha fascista quiere la guerra entre venezolanos. Los socialistas somos de paz pero no nos subestimen porque vamos a defender la patria».

Por la mañana en la ciudad suroccidental de San Cristóbal, que fue epicentro de violentas protestas que obligaron a las autoridades a enviar tropas militares, la marcha se desarrolló sin incidentes.

Durante el recorrido de la manifestación, de la que participaron unas 25.000 personas vestidas con camisetas blancas o la camisa de la selección nacional de fútbol y gorras con los colores de la bandera venezolana, los manifestantes se toparon con un carro blindado y media docena de motocicletas de la Guardia Nacional. Les gritaron «fuera asesinos, el pueblo no los quiere», mientras hombres mayores formaban un cordón humano para separar a la gente de los oficiales.

El teniente coronel José Torrealba, al mando de esa unidad de la Guardia Nacional, dijo a la AP que «aquí lo vimos, es posible que estemos todos en paz. No ha pasado absolutamente nada. Aquí pasó una marcha opositora frente a la Guardia Nacional».

Entre las muchas pancartas que portaban se podía leer «Si no hay justicia para el pueblo, no habrá paz para el gobierno» y «Vivo en un país donde los estudiantes son terroristas y los malandras son los héroes de la patria».

«El que se cansa pierde, o se cansan ellos o nos cansamos nosotros. Pero la gente está resteada (agotada). Ya no sólo son estudiantes, somos todos los venezolanos», dijo a la AP Johnan Caballero, un taxista de 36 años.

Según organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, centenares de personas han sido arrestadas. La Fiscalía General abrió un proceso penal a 24 manifestantes que permanecen detenidos, pero se desconocen las acusaciones y cargos formulados.