El colombiano Jorge Valencia empleado de confianza planeó y dirigió el robo en la mansión
Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Dos dominicanos, una dominicana y un colombiano, se declararon culpables ayer jueves por el atraco y secuestro del multimillonario desarrollador urbano de New Jersey, Fred Daibes, a cuya mansión entraron armados, lo encañonaron, lo amarraron y lo torturaron, obligándolo a decirles dónde guardaba $2 millones de dólares en efectivo que robaron, así como costosas prendas y otros objetos de valor.
Los atracadores y la atracadora son José Valencia (colombiano), empleado de confianza de Daibes, Alejandro Suárez, su hermano Adonis Sepúlveda y Ramona Mercado Vásquez.
El hecho lo cometieron en noviembre de 2013.
La atracadora colapsó en la corte desmayándose.
Los fiscales dijeron que el cuarteto de criminales, lograron entrar a la casa del desarrollador urbano con la complicidad del colombiano Jorge Valencia de 48 años de edad, quien era un empleado de confianza de la víctima y conocía todos los recovecos de la mansión situada en el lujoso y exclusivo sector de Edgewater, en la rivera del río Hudson, del lado de New Jersey.
Los acusados enfrentan condenas, en base a un acuerdo con la fiscalía de entre 14 a 18 años de cárcel para luego ser deportados a la República Dominicana y Colombia.
Valencia, que trabajó como superintendente del condominio Saint Moritz en los Palisades de Edgewater, admitió que él urdió el plan para robar diamantes, joyas, lingotes de oro, dinero en efectivo y joyas – valoradas en más de $ 3 millones – de una caja fuerte que Daibes tenía en el ático de dos pisos.
Admitió conspirar y llevar a cabo el robo con sus tres coacusados y un quinto sospechoso que no ha sido identificado o acusado.
Valencia, de 48 años, reconoció que con el tiempo será deportado a su natal Colombia como resultado de su declaración de culpabilidad de robo a mano armada, conspiración para cometer secuestro, y dificultando su captura huyendo a Boston. Bajo su acuerdo con la fiscalía, Valencia accedió a cooperar en cualquier investigación, y el fiscal le recomendará una pena de prisión entre 14 a 18 años.
Todos vivían en el edificio de Saint Moritz, una de las estructuras construidas por el desarrollador urbano.
Suárez y Mercado Vásquez acordaron cooperar si son llamados a testificar en cualquier procedimiento futuro.
Mediante el acuerdo con la fiscalía, Suárez tendría una condena de 12 años, Mercado Vásquez 14 y Sepúlveda 18.
La sentencia fue programada para el 13 de noviembre.
Durante el atraco, el hombro Daibes fue roto por los ladrones, lo que resultó en una lesión que ha dado lugar a múltiples cirugías y una incapacidad para elevar totalmente el brazo.
El Fiscal Adjunto del Condado Bergen, David Calviello dijo después de la audiencia que el robo fue «muy singular» en el que los acusados »atacaron un multimillonario que mantiene grandes sumas y efectivo a mano.»
Calificó el atraco como «un trabajo interno clásico» y una traición motivados por la codicia.
El fiscal dijo que el robo fue diseñado por un «empleado cercano y de confianza» de Daibes como Valencia que era su «mano derecha en el edificio» y estaba tan cerca como un hermano.
Calviello dijo Daibes había tomado a Valencia bajo su ala y le dio un trabajo bien remunerado, y «lo puso a vivir en el el edificio Saint Moritz gratuitamente con su esposa e hijos».
Al abordar al juez, Valencia pidió perdón a sus víctimas y las familias impactadas por su crimen.
Dijo que pasó meses hablando con sus cómplices sobre cómo robarle a Daibes después de haber visto la caja fuerte en el armario durante el trabajo de mantenimiento. La caja fuerte estaba abierta, y vio su contenido: oro, dinero en efectivo, joyas y armas de fuego.
Valencia tenía acceso a una clave para entrar al apartamento del desarrollador.
Los ladrones atacaron Diabes en su cama, lo ataron y le vendaron los ojos y le pusieron un arma en la cabeza, dijeron las autoridades.
Para cumplir con las demandas de los atracadores y la atracadora, Daibes llamó el portero de noche, Marino Castillo, a su apartamento, donde éste, también fue atado y amenazado con una pistola en la cabeza, según los fiscales.
Castillo había sido conminado a estar lejos de su puesto, por lo que los ladrones podrían tener acceso al sistema de cámaras de seguridad del edificio.
Quitaron una serie de dispositivos de grabación digital y los rellenaron con bolsas, pero perdieron una unidad en una habitación adyacente.
El vídeo de ese disco duro fue usado por los investigadores de la oficina del fiscal para resolver el caso dentro de las 12 horas después del robo.
El botín fue recuperado en la vivienda compartida por Mercado Vásquez y Sepúlveda.
Suárez y Mercado Vásquez, quien también se enfrenta a la deportación a su país natal, República Dominicana, se declararon culpables de robo a mano armada y conspiración para cometer secuestro. Sepúlveda se declaró culpable de secuestro y robo a mano armada.
