Uno de los elegidos es Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, Italia, defensor de una clara aceptación de los fieles homosexuales en la Iglesia.
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco escogió a 13 nuevos cardenales, entre ellos expertos del diálogo con el islam y religiosos a la escucha de los migrantes, y entre los que figuran dos españoles, un guatemalteco y un cubano, quienes este sábado recibirán su birreta púrpura cardenalicia.
Cada Consistorio para crear a nuevos «príncipes de la Iglesia» es visto como un paso más para modelar un colegio cardenalicio que comparte la visión del papa argentino y que, un día, deberá elegir a su sucesor. El próximo papa puede ser uno de ellos.
De un total de 225 cardenales, el sábado serán 128 -de menos de 80 años- los que podrán votar en un futuro cónclave. Entre estos electores, más de 52% fueron elegidos directamente por Francisco, un tercio por Benedicto XVI, y el 14% por Juan Pablo II.
La mitad de los nuevos cardenales del sábado tienen perfil de «misioneros», revela uno de ellos, monseñor Miguel Ángel Ayuso Guixot, un discreto español de 67 años, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Oriundo de Sevilla, este religioso estuvo en misión en Egipto y Sudán y es un gran especialista del islam.
El español monseñor Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat desde 2017, considera por su parte su nombramiento como un «impulso» para las comunidades católicas del Norte de África, «casi invisibles».
También se nombró al cardenal el guatemalteco monseñor Álvaro Ramazzini, de 72 años, arzobispo de la diócesis de Huehuetenango en Guatemala. Desde hace décadas, es un firme protector de los más desfavorecidos, los migrantes y los indígenas, así como un defensor de las causas medioambientales.
Otro latinoamericano pasará a formar parte del «purpurado»: el cubano monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez, arzobispo de San Cristóbal de La Habana.
Entre los nuevos cardenales también figura el padre jesuita canadiense de origen checo Michael Czerny, subsecretario en una sección en el Vaticano a cargo de los migrantes y refugiados, en colaboración directa con el papa Francisco.
Quien fuera ordenado obispo el viernes por la noche y se convertirá en cardenal el sábado estima que el pontífice argentino está profundamente dedicado a «una iglesia inscrita en el mundo moderno», en la línea del Concilio Vaticano II.
El futuro cardenal Matteo Zuppi, de 63 años, arzobispo de Bolonia en Italia, miembro de la comunidad de Sant’Egidio muy implicada con los migrantes, defiende una clara aceptación de los fieles homosexuales en la Iglesia.
Zuppi escribió el prólogo de un exitoso libro del jesuita estadounidense James Martin, defensor activo de los católicos LGTB, quien fue recibido esta semana por el papa Francisco en el Vaticano.
Para estos nombramientos, el pontífice argentino ha intentado de nuevo que todos los continentes estén presentes. De Asia viene el arzobispo de Yakarta (Indonesia) Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, y de África, el arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo Besungu.
Como representantes de Europa figura el arzobispo de Luxemburgo Jean-Claude Höllerich, de 61 años, presidente de la Comisión de Episcopados de la Unión Europea. «El papa suele escoger países pobres y Luxemburgo no forma parte de esta categoría», dijo el religioso, expresando la sorpresa de esta decisión.
El más joven de los nuevos cardenales es monseñor José Tolentino Medonça, un portugués de 53 años, con un perfil atípico puesto que es archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana.
El papa también distinguió a otros tres religiosos que no podrán ser electores ya que tienen más de 80 años.
Se trata del arzobispo británico Michael Louis Fitzgerald, un exembajador de Vaticano, especialista del islam; de monseñor Eugenio Dal Corso, misionero italiano en Angola; y de un jesuita lituano, arzobispo emérito de Kaunas, monseñor Sigitas Tamkevicius, quien pasó varios años en una cárcel soviética por haber escrito un diario clandestino sobre las persecuciones de los católicos.