La Alianza Cibaeña, de Santiago de los Caballeros, es una de las escasas instituciones culturales del país que tiene más de cien años.
Ahí leía Balaguer cuando era joven y miles de dominicanos más.
El Gobierno, alegando razones de austeridad, le ha quitado el miserable subsidio de RD$29,000 al mes con que pagaba su limitado personal y cubría algunas otras necesidades.
El subsidio no alcanzaba ni para pagar la energía eléctrica, pues deben millones a EdeNorte.
Santiago no puede permitir que un orgullo y blasón de esa ciudad esté pasando por las penurias de hoy y mucho menos que se vea obligada a cerrar sus puertas y privar a estudiantes y lectores de su influjo extraordinario.
La Asociación para el Desarrollo debiera tomar ese proyecto para sí, y si no puede, algunas de las pujantes empresas de Santiago.
La Alianza Cibaeña no puede depender para su supervivencia de la mudable caridad del Estado.
Santiago es Santiago. He aquí una ocasión para probarlo.
Editorial Diario Libre – 13 de Febrero, 2013