Aprendemos más de la derrota que de la victoria

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Por Roberto Veras

Desde muy joven me gustan los reportajes y el buen cine,  estuve viendo un reportaje sobre la historia de un gladiador en el canal de  History Channel. Presentaba la historia del gladiador Verus. Fue uno de los únicos gladiadores que escribió una de sus peleas. Dijo que aprendió más de la derrota que de la victoria.

Verus fue capturado por los romanos en la época del emperador Vespasiano. Esto fue incluso antes de que se construyera el Coliseo. Verus se vio obligado a trabajar en una cantera y como esclavo soñaba con la libertad. Cuando vino un entrenador de gladiadores y seleccionó hombres de la cantera para entrenar, Verus fue ignorado.

Cuando el entrenador se iba, Verus vio desaparecer su oportunidad de libertad. Comenzó una pelea con otro esclavo. Esto llamó la atención del entrenador que luego eligió a Verus y al esclavo con el que luchó para unirse a su grupo de gladiadores.

Verus entrenó y luego tuvo su primera competencia, que perdió. Él dijo: «Aprendí mucho de mis victorias, pero aprendí más de la derrota». Verus aprendió que no le gustaba perder, y al ganar tenía una oportunidad continua de por vida.

También aprendió que con suerte, habilidad y coraje, un gladiador estrella puede hacerse rico, y en última instancia, ganar su libertad». Si bien los perdedores no siempre morían cuando peleaban, siempre existía la posibilidad de que murieran por capricho de la multitud o del Emperador

Verus luchó frente al emperador Tito, el hijo de Vespasiano. Casi pierde. El poeta romano Martial describió la pelea, que terminó en un empate, una rareza. Ganó su libertad. Si eres como la mayoría de las personas, te gusta ganar, pues perder nunca es muy divertido.

Perder corta como un cuchillo y algunas veces hiere el alma, pero infunde determinación para volver e intentarlo de nuevo. Tienes que aprender a sobrevivir a una derrota. Ahí es cuando se desarrolla el carácter.

Aprendes de tus pérdidas. Aprendes a trabajar más duro. Planifica mejor. Aprovecha las oportunidades y los riesgos calculados cuando sea necesario, pero solo cuando parezca estar a su favor. Pero el aspecto más importante de ganar y perder es el esfuerzo constante para tener éxito. Al igual que Verus, aceptamos la derrota y aprendemos de ella, para que luego podamos lograr nuestros objetivos.