Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ En una de las más sangrientas jornadas de verano para la juventud neoyorquina, 16 menores cayeron baleados entre mayo y comienzos de septiembre de este año en los diferentes condados de la ciudad.
Las balaceras, incluyen el asesinato del niño de un año de edad, Antiq Hennis, cuyo padre Anthony Hennis de 23 era el blanco de los disparos, acorde con los investigadores.
El infante fue baleado la noche del domingo cerca de la casa de su familia en Brooklyn. Una fuente de la investigación dijo ayer martes que el progenitor del bebé no estaba cooperando con las pesquisas para ayudar a capturar el asesino de su hijo.
El niño fue impactado por un balazo en la cabeza en el vecindario de Brownsville y el padre ha sido detenido 23 veces, la mayoría por cargos relacionados con drogas.
Los investigadores creen que el matador del niño, trataba de realizar un ajuste de cuentas con el papá de la víctima. El Comisionado de la Policía, Raymond Kelly dijo que el padre de la criatura asesinada, se estaba negando a cooperar con los investigadores.
«El padre del niño muerto, no está cooperando con nosotros», añadió el jefe policíaco de la ciudad. «Todavía no ha respondido a las preguntas y estamos tratando de determinar sus contactos, porque tiene un amplio historial de arrestos por lo que estamos buscando entre sus relacionados», añadió Kelly.
La madre del niño, Cherise Miller de 16 años de edad, estaba paseando al bebé en el coche cuando la bala lo alcanzó, muriendo momentos después.
La semana pasada, el niño Tharell Edward de 3 años de edad fue baleado en un parque El Bronx y se convirtió en el decimoquinto menor en caer víctima de la violencia armada en las calles de la ciudad.
Un sospechoso hispano de 27 años de edad fue detenido en relación al tiroteo. El supuesto tirador fue identificado como Alex Tatis.
Los casos de menores heridos de balas, comenzaron a ocurrir desde el 18 de mayo, según las estadísticas de la policía. Una niña fue también baleada en mayo, cuando el disparo le afectó el cuero cabelludo. Ese hecho ocurrió en el sector Mornigside Heigths en el Alto Manhattan.
En junio, Sarah Rivera de 15 años, fue herida de un balazo en el muslo derecho, mientras llevaba otro niño pequeño en un cochecito en El Bronx.
Amanda Chauan de 9 años fue baleada en el estómago por un hombre armado que se desplazaba en una bicicleta en El Bronx.
D´ aja (Asia) Robinson de 14, fue asesinada por una bala perdida mientras regresaba a su casa en autobús después de participar en una fiesta de celebración de «Dulces 16» de una amiga.
Tayloni Mazyck de 11 años, quedó paralítico luego que un adolescente disparó y una bala se alojó en la columna vertebral de Mazyck.
Líderes políticos, activistas comunitarios, concejales, asambleístas y senadores estatales han estado criticando el aumento de la violencia callejera que cobra a víctimas inocentes, especialmente a jóvenes, adolescentes y niños.
También organizaciones comunales han alzado sus voces contra el derramamiento de sangre, que parece no detenerse a pesar de los esfuerzos del alcalde Michael Bloomberg y la policía local.
El controversial programa de la uniformada «Stop and Frisk» (Párelo y Regístrelo), anulado por un juez federal por su carácter y perfil racial y que tenía como objetivos principales a una mayoría de latinos y negros, tampoco dio los resultados que las autoridades buscaban.
Aún así, tanto el alcalde como la policía, aseguran que Nueva York sigue siendo una de las ciudades más seguras de los Estados Unidos.
