Al presidente Abinader solo le falta compararse con Duarte

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POR DOMINGO PLACIDO

El presidente Luis Abinader quien cada día evidencia más su carencia de humildad declaro este fin de semana que Balaguer, Bosh y Peña, estarían orgullosos de su Gobierno: los tres próceres del siglo XX nunca propiciarían un Gobierno de los ricos en contra de los pobres.

Balaguer, ante el fiasco de Abinader con Haití, difícilmente estaría complacido y, desde luego que, las obras en esta Administración no pueden compararse con la gestión del reformista, pero, sobre todo, los huesos del líder colorao que entregó el país al PRD con menos de USD$ 500 millones de en deuda luego de 12 años de Administración, se revuelcan ante los préstamos que por más de USD$ 28 mil millones de dólares, en tres años.

Bosh, ni le dirigiría la palabra a Abinader, bastaría su entreguismo, gobernar con popis para los ricos, entregar en fideicomisos las propiedades públicas y gastarse más de 5,000 millones este año en publicidad para vender éxitos fantasiosos que solo están en su mente.

AUTOR: Lic Domingo Plácido – ABOGADO

 

Peña Gómez quien jamás habría elegido a Luis Abinader, sin dudas se sentiría abochornado por la caída en la educación de un 5.5% de analfabetos en enero del 2020 a 6.5% en junio de este año; él que vivió humilde en ingenios, se asombraría que el azúcar parda cueste RD$ 45 la libra, de la blanca no hablemos, porque no hay, ni de un plátano a RD$ 35.00 la unidad: A Peña Gómez le preocupaba la gente y hoy, el 49% de la gente pobre coge dinero prestado para comer.

El presidente Luís Abinader esta tan engreído que solo le falta compararse con Juan Pablo Duarte, porque hasta Luperón le queda chiquito.

Pero la realidad es que el PRD fundado por Bosh en 1939, no quiere nada con Luis, las dos organizaciones nacidas de su visión en 1973, el PLD y la FP, tampoco y, del PRSC ni hablar, la mayoría ya se alineó con Leonel, a quien Balaguer y Bosh, escogieron.

El Balaguerismo más que unas siglas, es un sentimiento político y social que mueve electores en bien de la patria y, sobre todo, de los pobres, abonado por un nacionalismo real ajeno a las estridencias del antihaitianismo que erradamente quiso motorizar Luís y fracasó; el Reformismo es contrario al endeudamiento y que cree en políticas públicas que sigan construyendo la base de la República: Nada de eso lo representa Abinader.